Mentira.
Seguro que algo dentro de ti sabe que es mentira porque lo has probado y estás en el mismo punto de partida. Hasta ahora es posible que te hayas atribuido la culpa a ti mismo, porque "has fracasado" o "no tienes suficiente fuerza de voluntad". La realidad, sin embargo, es que esa dieta ha olvidado decirte algo: lo que te ayudará a conseguir tus objetivos es introducir pequeños cambios en tu vida en la dirección de lo que quieres conseguir.
Si no tenemos lo que queremos en nuestra vida no es por nuestro peso en el 99% de los casos. Lo que sucede es que hay algún tipo de "sentimiento de resistencia", normalmente inseguridad, traumas del pasado, opiniones de otros que hemos dejado que nos afectaran... e intentar solucionar eso con una dieta es intentar dar una respuesta racional a un problema que nunca ha sido racional.
¿Qué es lo que me funciona a mí? Curar las heridas del pasado es algo que lleva un tiempo, no es un proceso de la noche a la mañana. La prioridad, en mi caso, es intentar que no afecte a la forma de comer, es decir, comer lo más conscientemente posible.
La técnica que uso es la siguiente: imagina que después de analizar qué me pasa llego a la conclusión que estoy pasando por unos apuros económicos y que por eso como emocionalmente, por el agobio de no poder saber si pagaré las facturas. Hay un factor de estrés y ansiedad que tengo que aprender a manejar, pero paralelamente, cada vez que voy a comer algo me pregunto ¿Si me hubiera tocado la lotería ayer, comería esto? Intento sentirme como si mi problema se hubiera solucionado y así, de un lado consigo separa hambre física de hambre emocional y, del otro, estoy atrayendo mi solución esperada.
¿Siempre funciona esta técnica? Es probable que pase lo siguiente: descubres que no tienes hambre física, pero estás ahí y ese pastel de chocolate parece tremendamente atractivo. En ese caso hay tres salidas posibles: 1) la pausa ha hecho que ya no me parezca taaaaan atractivo y decido irme; 2) decido hacer otro ejercicio (por ejemplo, EFT) y 3) me lo como.
Hagas lo que hagas estarás mejor que al principio, porque has tomado conciencia de la diferencia entre hambre física y hambre no física y una vez te hayas comido o no ese pastel, sabrás que hay algo en tu vida que necesitas solucionar y que la dieta no te ha dicho nada sobre cómo hacerlo.