El tema de hoy me recuerda un poco a aquella frase de "es mi novio, pero todavía no lo sabe". Pues lo mismo "puede que estés haciendo una dieta emocional, pero todavía no lo sabes".
¿Qué es una dieta emocional?
En resumen, que falten en tu vida determinadas emociones y sentimientos. De la misma forma que la dieta al uso implica en el 99% de los casos hacer una restricción de comida, las dietas emocionales implican que hay determinadas experiencias que no te estás permitiendo vivir y determinadas emociones que no te permites experimentar. Ello puede ir desde algo muy estrechamente relacionado con la comida, como no permitirte sentarte y disfrutar de tu deliciosa comida hasta algo no relacionado con lo que comes directamente, como pedir ese ascenso que sabes que te mereces o tener una pareja que te quiera y respete como te mereces.
¿Por qué pienso que puede ser tu caso si no te conozco?
Porque los dos tipos de dietas, la física y la emocional, suelen relacionarse de tal forma que a mayor dieta física, menor dieta emocional. O dicho de otra forma, las dietas emocionales suelen crear sensaciones de angustia, estrés o falta de satisfacción con la vida que uno lleva. Ello genera ansiedad o aburrimiento, y teniendo en cuenta que uno de los primeros estímulos que recibimos en la vida es que, de pequeños, cuando lloramos nos callaban dándonos de comer, es más que probable que la dieta emocional lleve a comer de forma también emocional. Ello crea un desequilibrio entre lo que comes y el hambre que tienes, porque en el fondo estás comiendo para intentar llenar tu corazón y no tu estómago.
¿El resultado? que tu vacío emocional sigue ahí, por lo que sigues pensando mal de ti mismo pero además lo más probable es que hayas cogido peso y acabes haciendo una dieta física esperando que ese "mejor" aspecto físico acabe solucionando tus desajustes emocionales. De ahí salen creencias del tipo "cuando esté delgado disfrutaré de mi comida/pediré ese ascenso/ empezaré a tener citas".
¿Puede que esté en una dieta emocional aunque ya no haga dieta física?
Sí. De hecho, yo misma estoy en algún nivel haciendo una dieta emocional. Cambiar los hábitos con la comida es difícil, pero por lo general cuando empezamos a comer "normal" nuestros sentimientos y pensamientos aún se corresponden con los de una persona que está a dieta. ¿Os resulta familiar aquella escena en la que decidís que las dietas no os han funcionado, coméis lo que os pide el cuerpo pero al segundo os surgen pensamientos del tipo "ahora voy a engordar", "soy un desastre, he comido de más" etc?
Es mi caso, ¿Qué puedo hacer?
Debo confesar que no tengo la fórmula mágica. Sé que si has hecho dietas físicas estás acostumbrado a que te vendan frases del tipo "sigue mi método revolucionario y lo conseguirás". Ellos fracasan con estas frases en lo que se refiere a pérdida de peso, pero como su objetivo desde el principio ha sido hacer dinero, les da igual.
Lo que sí quiero que sepas es que no eres la única persona del mundo a la que le pasa y que se puede salir de este círculo vicioso. La paciencia con uno mismo y el empezar a verse con buenos ojos es la principal herramienta. Como hemos visto, el problema no está en el factor peso, sino que el factor peso aparece después, una vez hemos entrado en una espiral autodestructiva y recurrimos a la comida porque nos sentimos mal.
Por lo tanto, eliminemos el peso de la ecuación. Lo que nos queda eres tú y la relación que tienes contigo. Piensa en el tipo de cosas que quieres conseguir y qué te dices a ti mismo para conseguirlo. Intenta hacerlo sin juzgarte, sino como una forma de aprender y mejorar. Ahora, los "deberes" que tienes son empezar a reemplazar lo que no te ayude a lograr tus objetivos por pensamientos positivos, aunque te cueste creerlos. Muchas veces lo mejor es empezar por desacreditar el pensamiento negativo, hacerle preguntas hasta que se quede desarmado, y entonces introducir las nuevas conductas positivas.
Por ejemplo, si pienso en no pedir ese ascenso que creo que merezco porque pienso que me van a decir que no, debería hacerle preguntas a ese pensamiento del tipo ¿Por qué motivo, si estoy trabajando tan duro, no van a dármelo? y a partir de ahí ir preguntando a las objeciones que esa vocecita interna te va a ir poniendo.
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Hasta la próxima! Disfrutad del fin de semana que se acerca!!