Todo dio un giro radical cuando se me planteó la posibilidad de que no hubiese nada "roto" en mí. Las dietas me habían hecho creer que era yo quien fallaba y que la única forma de enmendar mi error era hacer una dieta aún más dura que la anterior para poder empezar a vivir cuando estuviera "delgada", si es que alguna vez podía estar suficientemente delgada.
No pasa nada si no crees en lo que TE digo, basta con que sepas dentro de ti (y apuesto a que una parte de ti ya lo sabe) que cuando mueras, no vas a querer el siguiente epitafio: "se pasó la vida a dieta, sin salir de casa, así que no sabemos cómo era".