Que lucir un cuerpo “con curvas” puede significar que no hemos entendido nada.
Imaginemos que se desvanece esa opinión de que “las curvas” son un eufemismo para referirse a aquellas personas con unos kilos de más y que recuperamos el canon de antaño en el que se valoraban aquellas mujeres con algo entre la piel y el hueso.
Para empezar tendrían que dejar de llamarse “mujeres reales”, porque no creo que a la industria le pareciera gracioso trabajar con algo que todo el mundo puede ser o tener sin mayores esfuerzos… ¿por qué entonces iba a gastarme el dinero en una crema o en una dieta milagrosa?
Quizás nunca han sido mujeres reales, sino que son un tipo más de mujeres. ¿O es acaso una mujer “de mentira” esa amiga que todos tenemos que come tartas de chocolate y está en los huesos?
Independientemente de que sea más o menos saludable, más o menos fácil de conseguir o más o menos realista… ¿sabéis cuál es el problema que tengo con los movimientos que reivindican a las “mujeres con curvas” o “la grasa es sexy”?
Que al final están alimentando la idea de que una mujer es eso, un cuerpo.
Y yo quiero creer que eso no es así, que todo ser humano es mucho más que una apariencia. Sería muy cobarde dejar nuestra felicidad en manos de un espejo.
Así que está muy bien que una se enorgullezca de su cuerpo y se sienta a gusto en su piel, pero mejor sería que no tuviera la necesidad de demostrarlo. Una persona con la íntima convicción de que es más que un cuerpo bonito –o feo, o lo que sea- no tiene la necesidad de hacer determinadas apologías. ¿o cuánta gente rica de verdad va por la vida fardando de los millones que tiene?
Es por eso que desconfío de todo aquello que sea reivindicar un tipo de cuerpo como “el bueno”, “el mejor”, “el saludable”. Pienso sinceramente que es algo de lo que siempre acaba apoderándose la empresa de turno, a la que no le importa perder el tiempo reivindicando este tipo de modelos mientras las personas normales y corrientes no empecemos a vivir tranquilamente en la diversidad