Si queréis hacer algo, planificadlo e id a por ello: el momento adecuado puede tardar demasiado en llegar
- Siempre habrá alguien peor que tú (consejo de abuela y tirita en toda regla, pero vale la pena intentar relativizar).
- Siempre hay alguien que está como tú. Respira. No eres un bicho raro, no eres alguien odioso.
- De hecho, nada de lo que sucede te califica como persona. ¡Pam! esta sin duda es la que me tendría que poner en mi habitación con letras fosforito, pero es totalmente posible llegar a creer eso (lo de "es cierto" es en mi opinión siempre relativo). De hecho, uno de los retos que me había propuesto para dejar de pensar en comida (perdón si me voy un poco fuera del tema de hoy) era aceptar que, aún si engordase, eso no me calificaba como persona (la primera vez que oí esa idea me quedé en estado ¿pero cómo te atreves a decir eso? así que asumo que alguien pueda pensar que se me ha ido -más- la pinza) y lo cierto es que si me imaginaba pensando cientos de kilos de alguna forma no me sentía enfadada o de mal humor, simplemente no era capaz de identificarme con esa idea. Si no nos define nuestro aspecto externo, menos lo hace lo que nos sucede. La vida siempre sigue, porque esa etiqueta que me pongo cuando me ha pasado X me la pongo yo; si es otro el que me la pone lo más probable es que nunca me entere. Aún suponiendo que me enterase, sigo decidiendo si dejo o no dejo que me afecte. No digo que ahora tengas que tener las llaves, yo tampoco sé cómo evitar que algunas cosas me afecten, pero sé que depende de mí.
- Puede que no seas responsable totalmente de lo que te sucede, pero sí eres responsable de ser la mejor versión posible de ti mismo y valorarte sólo por eso y no tanto en función del resultado.
Esa etiqueta que me pongo cuando me ha pasado X me la pongo yo; si es otro el que me la pone lo más probable es que nunca me entere. Aún suponiendo que me enterase, sigo decidiendo si dejo o no dejo que me afecte.
En este momento estoy haciendo algunas cosas que nunca antes había probado, y salir de mi zona de confort es un proceso con bastantes altibajos. Salir de ese caparazón comporta probar cosas nuevas, cosas que no se me dan bien a la primera, ni a la segunda... y eso me exaspera.
El motivo de mi falta de paciencia conmigo misma es que mi razonamiento tiene varios errores que quiero compartir, por si alguien se identifica con ellos:
- Adoptar como concepto personal el feedback de los demás. Ojo, lo que los demás piensan de nosotros puede venirnos bien, puede hacernos reflexionar, pero no puede convertirse automáticamente en lo que pensamos de nosotros mismos, porque en materia de uno mismo, otra persona nunca va a tener mayor autoridad que nosotros, que para eso vivimos 24 horas al día en el mismo cuerpo.
- Actuar conforme a esa imagen que los demás tienen. ¿cómo vamos a ser felices si destinamos nuestro tiempo a cumplir aquello que otros esperan? en realidad, la mejor forma de hacer felices a los demás es ser felices nosotros, ser la mejor versión de nosotros mismos para estar en condiciones de ayudar a los demás.
- Esperar un reconocimiento por haber cumplido con la imagen de "perfecto X". Asumamos la cruda realidad: supongamos que me considero la estudiante perfecta porque otros así me lo han hecho creer, para los demás es muy fácil asignarnos ese rol pero les importa un bledo en el fondo, no van a felicitarnos cuando saquemos una matrícula.
- Frustrarse si el proceso no va como hemos pensado o si el resultado no es el esperado. En realidad es un problema de planteamiento, porque, recogiendo el ejemplo anterior, el problema no es la nota que saques, es que prepararte rígidamente para sacar una matrícula es prepararte para la frustración porque la meta es un resultado determinado en un plazo determinado. Cualquier objetivo basado en un resultado es peligroso si va acompañado de una fecha y no tiene fases intermedias. Si mi objetivo es correr 10 kilómetros tendré que hacer una planificación, no puede pretender correrlos mañana, sino que mañana saldré a correr y daré lo máximo de mí misma, y pasado lo mismo, y así sucesivamente.
Mi propuesta es que empecemos a cambiar nuestro foco de atención del resultado al proceso... ¿es agradable sentarse a comer y engullirlo todo tan rápido que cuando has acabado sientes que no has disfrutado nada de la comida y al resto aún le queda la mitad en el plato? pues lo mismo sucede con otros muchos procesos. El resultado por sí mismo es mucho más satisfactorio cuando va acompañado de un proceso de aprendizaje o de un período que nos permite disfrutar de la experiencia.